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Emilio Calatayud asegura que "nos ha dado miedo a hablar del principio de autoridad por si volvemos a tiempos pasados"

Las jornadas de formación y sensibilización social "La Violencia: prevención educativa e intervención social" organizadas por la Universidad de Valladolid y la Diputación de Segovia han llegado a su fin con la sesión dedicada al acoso escolar y la violencia filio-parental en la que ha participado el juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud con una conferencia magistral en la que ha desengranado algunas de sus famosas sentencias ejemplares.

 Calatayud ha empezado sentando las bases de su alocución diciendo que "no hablo en nombre de los jueces, hablo en mi nombre porque soy padre y ciudadano a parte de juez". Ha continuado aseverando que "en España no tenemos término medio, pasamos de un extremo a otro, antes de la Constitución los menores no gozaban de ningún derecho, ahora los tienen todos. A los menores se les explica constantemente cuáles son sus derechos por eso no sólo piden su respeto sino que lo exigen". Para el juez "la familia es la que está tirando del carro en estos momentos de crisis. Cuando yo era pequeño era mucho más fácil ser padre que ahora. No tenemos que ser colegas de nuestros hijos, tenemos que ser sus padres para lo bueno y para lo malo. Hemos pasado de ser esclavos de nuestros padres a ser esclavos de nuestros hijos".

Cuando en 2007 el Gobierno de Zapatero modificó el artículo 154 del Código Civil que recoge el derecho de corrección, se pasó de "corregir moderadamente las actitudes de sus hijos a que los padres deben educar a sus hijos sin interferir". Para Calatayud "esto ha hecho mucho daño porque los padres están encogidos, no saben qué hacer con la amenaza del ‘a que te denuncio'".

Emilio Calatayud ha señalado que "la delincuencia juvenil está bajando porque de nuevo se está aprendiendo a decir que no y se está promocionando el esfuerzo, sin embargo los delitos filio-parentales están aumentando. Todos los que tenemos hijos menores somos población de riesgo y esto ha pasado porque no ha interesado trasmitir el Artículo 155 del Código Civil. Hay que informarles también de los deberes, no sólo de los derechos". Además, ha indicado que "nos ha dado miedo a hablar del principio de autoridad por si volvemos a tiempos pasados, pero no se puede confundir un cachete con el maltrato". Ahora lo que prima es "el abuso de sus derechos y dejadez de sus deberes para que no pasen lo que nosotros hemos pasado, pero toda autoridad tiene un derecho sancionador, no todo es dialogar".

El juez de menores de Granada ha afirmado que "no me cansaré de pedir un Pacto por el Menor, absolutamente necesario para marcar una línea de actuación".

Al hablar del debate que ha estado en la calle sobre bajar la edad penal del menor ha asegurado que "hay que apretar más a los padres, a la escuela y a la sociedad, antes de pensar en bajar la edad penal del menor". Además ha añadido que "antes de la reinserción siempre tiene que haber una sanción para el delincuente, hay que educar en derechos y en deberes". Calatayud también ha asegurado que "el 80% de los chavales que yo juzgo cometen delitos pero no son delincuentes. Los chavales delincuentes siempre tienen una historia detrás".

En cuanto a las sentencias, ha asegurado que "hay muchas maneras de sancionar, no sólo el internamiento. Yo soy muy partidario de la libertad vigilada, una medida que me gusta mucho son los trabajos en beneficio de la comunidad ("o limpias o te encierro que para eso el juez soy yo") y sobre todo las sentencias ejemplares, tú la has hecho, tú la pagas. Por eso hay que establecer sentencias conforme al delito que hayan cometido".

Antes de su intervención, ha tenido lugar un panel de expertos en el que se han abordado diferentes prismas de la violencia filio-parental moderado por el educador de la Unidad de Intervención Educativa de la Diputación de Segovia, Luis Velasco Rodrigálvarez.

El jefe del Centro de Salud Mental de Santurce, Roberto Pereira ha asegurado que "ahora nos encontramos con una nueva violencia filio-parental, ya no sólo se produce en familias desestructuradas, ahora se relaciona más con el control y el poder para conseguir determinados objetivos". El médico psiquiatra ha indicado que "se da en todo tipo de familias; niños, adolescentes y jóvenes que normalmente sólo practican esta conducta violenta en el ámbito familiar.

El consumo de tóxicos actúa como un facilitador de la conducta violenta pero no es el núcleo central. Es una violencia escalada, empieza con insultos y termina con violencia física". En este sentido, las denuncias de padres a hijos han crecido un 400% en los últimos cinco años, además el 14,2 % de los jóvenes entre 13 y 18 años reconocen 14,2% haber ejercido agresión psicológica severa y el 3,2% agresión física grave. Para Pereira "los cambios sociales que se han producido en los últimos años han favorecido estas situaciones de violencia, entre los que destacan la modificación del modelo educativo que ha pasado del autoritarismo a la permisividad, el distanciamiento entre la familia y la escuela, el menor número de horas de los padres en casa o el atraso en la edad media de la paternidad".  Todo esto hace que la autoridad de los padres disminuya notablemente, "los hijos tienen todo el poder, sin embargo no tienen legitimidad para ejercerlo, tienen que utilizar la violencia para conservarlo". Para concluir Roberto Pereira ha afirmado que "la responsabilidad de la violencia es de quien la ejerce, pero hay que trabajar con la familia, no sólo con el agresor porque si no es fácil que se produzcan de nuevo las mismas situaciones".

 

Tomás Montero

El Jefe del Servicio de Atención y Reinserción de Jóvenes Infractores de la Junta de Castilla y León, Tomás Montero ha hablado sobre la situación legal de los menores en España. Para él existen una serie de falacias en torno la Ley del Menor 5/2000 que "está muy influenciada por la opinión pública hasta el punto de condicionar sus reformas". La primera es que la sociedad demanda un aumento de las penas para la delincuencia juvenil. La segunda es que se produce un adelantamiento en la edad de comisión de delitos, pero las estadísticas ponen de manifiesto que eso no es verdad. A nivel nacional el número de menores que llegan a la fiscalía está descendiendo de forma paulatina, en Castilla y León, de 2002 a 2014, han bajado de 463 a 311. La última de las falacias es que es una ley muy blanda sin embargo si se compara con la Ley 4/1992 en el caso de menores entre 14 y 16 años, se pasa de dos años de internamiento, a cinco años de internamiento seguida de 3 años de libertad vigilada. Por tanto, "se han agravado las medidas y el régimen de cumplimiento".

El perfil del joven que comete este tipo de delitos es el de un varón entre 15-17 años, de clase media y español. Para Tomás Montero, "las causas de la conducta violencia no tienen su raíz en lo biológico sino en causas de tipo ambiental y uno de los grandes problemas es que los padres no confían en que la justicia pueda ayudar a solucionar estas situaciones".

En Castilla y León, 489 menores han tenido algún expediente abierto en por este tipo de violencia, lo que supone un 7,75% del total de menores infractores (6.803). "La gran mayoría de estos menores ha tenido relación con el sistema de justicia exclusivamente por este delito (63,4%) lo que nos hace pensar si hay que catalogarlos de delincuentes o trabajar con ellos en otro sentido", ha concluido Montero.

 

José Ortega Esteban

El catedrático de Pedagogía de la Universidad de Salamanca, José Ortega ha realizado un enfoque sistémico en el que ha destacado la importancia de la familia para encauzar este tipo de casos como "una entidad de la sociedad que recibe influencias sociales y políticas y actúa". Para el profesor, es fundamental ayudar a los padres y establecer programas de ayuda para prevenir este tipo de conductas violentas porque la familia tiene que aportar seguridad y afecto". Para Ortega, "muchas de estas conductas de los hijos vienen provocadas por la falta de presencia e implicación de los padres en la educación de los hijos, el rechazo hacia ellos, los conflictos crónicos o la ausencia de lazos emocionales".

La última de las jornadas ha contado con 8.392 seguidores por medio de la WebTV de la Diputación y su página de Facebook. La mayoría de Segovia, Valladolid, Barcelona, Madrid y Valencia.